El acero inoxidable y la silicona proporcionan la combinación perfecta de durabilidad y rendimiento para prolongar la frescura de sus botellas abiertas. El acero inoxidable, conocido por su resistencia a la corrosión, proporciona una protección hermética que evita que el oxígeno degrade el sabor del vino o provoque que se pierdan las burbujas del champán. Además de su longevidad, el acero inoxidable aporta una estética moderna y elegante, ideal para todas las ocasiones. La silicona, utilizada para las piezas en contacto directo con el cuello, ofrece un sellado flexible y ajustado, garantizando un cierre seguro sin riesgo de fugas. Este material también es fácil de limpiar, no tóxico y antideslizante, lo que hace que las tapas sean fáciles de manipular y reutilizables a largo plazo. Juntos, el acero inoxidable y la silicona combinan eficiencia y elegancia, ofreciendo una solución ideal para preservar la calidad y frescura de sus vinos y champagnes.